A la hora de realizar una reforma que incluya el suelo, hay un elemento clave a tener en cuenta: el rodapié, su elección (color, material, anchura, altura, etc…) va a determinar mucho el efecto visual final de una estancia. Este elemento (cuya función visual principal es establecer la frontera entre el suelo y la pared), sirve también como protector de la propia pared y para perfilar y ocultar las imperfecciones además de permitir la dilatación de los materiales que forman el pavimento, perfilando así la zona.
Aunque en ocasiones no se le de la importancia que tiene, es un elemento que marca la estética de una vivienda, sobre todo en espacios grandes y con pocos muebles (hall, pasillos, escaleras, distribuidores, etc…) en los que adquiere un papel determinante.
Al igual que en el resto de los elementos constructivos decorativos, las distintas tendencias van marcando la colocación y el colorido del rodapié, en la actualidad nosotros nos decantamos por la colocación de rodapié blanco y alto, ya que es el contraste perfecto entre el suelo y la pintura o el papel utilizados.
Su correcta colocación es vital para evitar problemas tanto de instalación como de mantenimiento futuros, se trata de una tarea que requiere un alto grado de habilidad, experiencia y conocimientos en el uso de materiales y herramientas particulares: cálculos de cantidad, elección del modelo de sujeción, remates en esquinas y juntas, etc…
